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Storytelling: los 4 secretos para contar una buena historia

Teresa Ramírez • 5 de octubre de 2021

No necesitas ser tan carismático, experto o tener una herencia especial para contar una historia. Se trata de prepararte de la forma adecuada para generar conexiones a través del storytelling.

los secretos del storytelling

Para contar una buena historia necesitas:

  1. Definir el mensaje
  2. Crear conexiones
  3. Generar una emoción
  4. Involucrar todos los sentidos


Acompáñame y te explico cómo lograrlo.


El storytelling es el arte de contar una historia para que el oyente se la apropie y genere un significado personal. Digo que es un arte porque implica que quien cuenta recree un aspecto de la realidad, una experiencia o un sentimiento a través de la palabra, valiéndose de recursos estéticos y técnicas de expresión.


Existe una diferencia entre contar datos crudos y contar una historia. Las historias se recuerdan 22 veces más que los hechos crudos. Por ejemplo, no es lo mismo decir que Rotary ha ayudado a reducir el número de casos de polio en un 99.9%; a decir que cada año Rotary salva de la Polio alrededor de 10 Madison Square Garden llenos de niños. 


El storytelling genera un impacto porque nos mueve a buscar la mejor manera de decir las cosas. Pero ¿cómo lograr ese impacto? A continuación te revelo 4 secretos para contar una buena historia.


1. Definir el mensaje

Cuando cuentas una historia, el mensaje siempre será el objetivo. Debes tener muy claro qué quieres decir. Parece obvio, pero muchas veces no sabemos exactamente qué es lo que queremos transmitir. 


Pues bien, el primer paso es que estés completamente seguro de tu mensaje. Para esto, te recomiendo que te plantees las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué es lo que quieres que la gente entienda?
  2. ¿Qué es lo que quieres que la gente sienta?
  3. ¿Qué es lo que quieres que la gente haga?


Ahora bien, la historia es una cosa y lo que tú quieres transmitir es otra. Una historia puede tener múltiples interpretaciones. 


Pongámoslo más claro. Supongamos que quieres contar la historia de
Caperucita Roja, esa es la historia, pero ¿qué es lo que quieres que la gente entienda?: que si mientes hay consecuencias, que pueden existir personas malintencionadas, que debes tener cuidado con los desconocidos, que puedes pedir ayuda, así como Caperucita pidió la ayuda del leñador, etc.


A eso me refiero con definir el mensaje. Siguiendo este mismo ejemplo, supongamos que quieres que la gente entienda que es válido pedir ayuda. Entonces en tu historia debes enfatizar todos los elementos que refuercen ese mensaje. 


Posteriormente, ¿qué es lo que quieres que la gente sienta con la historia de
Caperucita Roja? probablemente quieres que sientan fortaleza, confianza, seguridad; y así ahí deberán apuntar las intenciones de tu historia.


Por último, ¿qué quieres que la gente haga después de escuchar tu historia de
Caperucita Roja?: que trabajen para fortalecer el tejido social, que trabajen colaborativamente, que confíen en su equipo. Entonces hacía esa dirección apuntarán tus señalamientos, la historia la conducirás de manera que puedas persuadir a esas acciones. Independientemente de cuál es la historia, siempre tenemos que pensar en estos tres pasos.


2. Crear conexiones

Una historia vive porque tiene una audiencia. Así de importante es. El paso número dos es crear una o más conexiones con la audiencia. ¿Y eso cómo lo vas a lograr? ¿Cómo vas a hacer para que la audiencia sepa que tu mensaje es importante? 


La clave es conocer a tu audiencia. Debes preguntarte quién es tu audiencia, cuáles son sus intereses, sus aptitudes, sus metas, necesidades, o incluso, su tipo de personalidad. Generalmente construimos una historia desde la oferta de la historia, pero debemos construirla respecto a la demanda de la audiencia.
Lo que interpreta la audiencia es aún más importante que lo que tú quieres comunicar.


Investiga a la audiencia. 

Para que haya una conexión emocional debes tener un conocimiento profundo de tu audiencia. Lo que en marketing es el cliente ideal o Buyer Persona.


En el ejemplo que te puse de la historia de
Caperucita Roja, supongamos que la historia la vas a contar en la conferencia de una empresa que organiza un evento enfocado en el trabajo colaborativo. Tendrás que investigar a la empresa, sus valores, cómo es la dinámica de trabajo, los equipos que existen, cómo se relacionan entre ellos.


De esta forma sabrás qué es lo que esas personas necesitan escuchar, qué es lo que quieren y lo que tú les puedes ofrecer en ese sistema de comunicación que se está entablando. Y así es como un cuento “infantil”, la
Caperucita Roja, se puede transformar en una herramienta para transmitir la importancia del trabajo en equipo en una empresa.


Elige el mejor formato

A veces, el mismo mensaje puede o no llegar a las personas. Puede ser que si yo le digo a un chico de 20 años que lea las noticias en el periódico, no le va a gustar el formato de texto, y va a decir que no.


Pero si le pongo el mensaje en audio estará más dispuesto a escuchar esa noticia. Así que
piensa bien el formato en el que tú puedes poner las cosas para que ese mensaje llegue de la mejor manera. 

storytelling, contar historias

Elige la mejor historia

Ya dijimos que la historia y el mensaje no son lo mismo. Por eso quiero enfatizar que, si quieres realmente generar una conexión, tienes que considerar la historia que vas a contar.


Suponiendo que tú estás considerando contar la historia de
Caperucita Roja, para que las personas entiendan que es válido pedir ayuda, así como lo hizo Caperucita roja con el leñador. Quieres que sientan seguridad y confianza en su equipo y que finalmente trabajen colaborativamente. La audiencia son los trabajadores de una empresa que organiza un evento enfocado en el trabajo colaborativo. 


¿La historia de Caperucita Roja será la mejor para transmitir ese mensaje? ¿Podría haber un relato mejor? ¿Quizá una anécdota sea más adecuada? Dependiendo de la respuesta a estas preguntas, podrás decidir si mantener esa historia o buscar otra.


Sé honesto

Diariamente nos encontramos con un montón de mensajes, pero no nos suenan honestos o empáticos. Y la mejor herramienta que tenemos para la conexión es la empatía, así que no trates de mostrarte 100% perfecto, demuestra que tienes errores y vulnerabilidades.


A través de ellas se conecta muy bien con las personas.


3. Generar una emoción

Alejandra Oliver Gullé, una excelente narradora oral artística argentina, dice “no es lo mismo agradar al público, que conquistarlo para siempre”. Seguramente, lo que quieres es conquistarlo, pero ¿cómo? ¿Cómo se hace para que otras personas sientan la emoción que yo estoy buscando?.


La clave para llegar a generar una emoción es tener opiniones.
No le temas a posicionarte. No le temas a tener una opinión. Si tú piensas de tal o cual manera ¡exprésalo! y de forma muy directa. Argumenta por qué estás de acuerdo o no lo estás. Desde ese momento ya estarás generando emociones, porque habrá personas que piensen igual que tú y otras que no.


Si tú siempre manifiestas un punto de vista va a ser muy difícil que las personas sean antipáticos contigo. Van a estar presentes porque de forma positiva o de forma negativa los habrás hecho pensar algo. Les habrás causado una emoción y esa emoción genera conexiones.

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4. Involucrar todos los sentidos

Pensemos en los 5 sentidos más populares. Tenemos más, pero vamos a hablar de estos 5: el oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato. Con ellos podemos generar una gran cantidad de experiencias. 


Probablemente si estás en un uno a uno, es decir, si estás viendo a la persona, si estás conviviendo con ella pueda ser mucho más fácil que le hagas experimentar con todos los sentidos. A lo mejor la saludas, pero también con tu voz estás dirigiendo una intención muy específica, al mismo tiempo puedes estar comiendo con la persona, y así involucras también el sentido del gusto.


Entre más sentidos se impliquen, mayor será la atención y la conexión que puedes generar con la audiencia.
Ahora, esto no significa que literalmente deban estar involucrados los sentidos. Es decir, aunque no pongas una imagen, puedes evocar el sentido de la vista haciendo que la audiencia imagine una imagen.


El mejor ejemplo está en la literatura, en el libro “El perfume”, de Patrick Süskind, los olores se describen de forma tal que casi puedes sentir el olor agradable o desagradable de todo. A eso me refiero con involucrar todos los sentidos.


Como ves, tienes muchas armas y herramientas.
Todos podemos contar historias y no sólo eso, todos debemos contar historias, porque las historias nos conectan. 


No necesitas ser tan carismático, experto, tener una herencia especial. Tiene que ver con lo rico que sea tu contexto, en experiencias, lecturas, podcast, viajes, etc.
Todos podemos contar historias, lo único que necesitamos es prepararnos. Si este artículo te gustó, tal vez quieras conocer cómo usar el storytelling para incrementar tus ventas.

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